ser o estar


Nuevo abril estrena otro disfraz. Hay un muerto en el sofá. Viernes 13 rojo, otra vez impar. Nado entre la nada y su mitad. Nado entre el concepto ser o estar. Si soy lo que siento, siento que no estás... Y es que ya no hay lágrimas que valgan, ni misterios que cuidar. Sólo la mísera certeza de que nada será igual. Y abrí los ojos para ver si aun estabas, pero ya era tarde y solo queda una pared y algunos siglos para despertarme. Y si lo pienso ya lo sé, no muero en el intento, pero salgo herido y lo bastante como para no estar vivo. Tengo el don de la oportunidad. Tengo el temple y la capacidad de echarte de menos cuando ya no estás. Pierdo por momentos densidad, pierdo grados y efectividad. Ahora ya lo entiendo, aquí no hay vuelta atrás, ya no hay vuelta atrás. Porque ya no hay lágrimas que valgan, ni misterios que cuidar, sólo la mísera certeza de que nada será igual.
Un día más, el mismo sol, la misma mierda... La misma guerra en esta tierra de injusticia, cada día más alcohol, cada día menos pericia para salir de este laberinto que espero no me pierda.

Puedo ponerme cursi y decir que tus labios me saben igual que los labios que beso en mis sueños,. Puedo ponerme triste y decir que me basta con ser tu enemigo, tu todo, tu esclavo, tu fiebre, tu dueño y si quieres también puedo ser tu estación y tu tren, tu mal y tu bien, tu pan y tu vino, tu pecado, tu dios, tu asesino. o tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea. Puedo ponerme humilde y decir que no soy el mejor, que me falta algo para atarte a mi cama. Puedo ponerme digno y decir toma mi dirección cuando te hartes de amores baratos, de un rato me llamas y su quieres también puedo a ser tu trapecio y tu red, tu adiós y tu ven, tu manta y tu frío, tu resaca, tu lunes, tu hastío. O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea. O tal vez ese viento que te arranca el aburrimiento y te deja abrazada a una duda, en mitad de la calle y desnuda. O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea, a esperar...

Traigo recuerdos de intimidad, cargo el peso de mi soledad. No sé si deba quererte más, pero lo que siento no se puede acabad. Soñar contigo es llevarte al altar, cantarte mil canciones que te hagan suspirar. Sentir el viento en nuestra piel, despertar cada mañana, sentir que estás allí.